Esta semana recibimos los diplomas que acredita nuestro apadrinamiento. Así de contentos e ilusionados nos pusimos al poder verlos y tocarlos. Algunos lo pondrán en la pared de su habitación, en el salón...
Con este apadrinamiento nos comprometemos a cuidar nuestro planeta para que nuestro pingüino, año tras año, regrese a la Isla Decepción para continuar su ciclo de vida durante muchas generaciones.
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