martes, 12 de noviembre de 2019

La castañera MANUELA

Un año más me gustaría rendir homenaje a este personaje: La castañera.  La típica figura de la castañera data de finales del siglo XIX en España, en aquella época estas humildes mujeres se sentaban en las calles con un fogón de leña y su saco de castañas y boniatos, no tenían ni un puesto que las resguardara, tan solo un paraguas para la lluvia o la nieve. La gente acudía al calor del fuego en el otoño e invierno a comprarles los cucuruchos, era una manera de calentarse del frío, comprarse unas castañitas.


El jueves hemos recibido la visita de una castañera muy especial para nosotros. Nuestra querida "Manuela" que en esta ocasión ha dado vida a una castañera gruñona y envidiosa, a la que nadie le compraba castañas, para explicarnos en que consiste este sentimiento. Nos hizo reflexionar sobre actitudes tan humanas como el amor, el deber  y la responsabilidad, el compañerismo y la necesidad de sentirse útil ¡¡¡Un orgullo y un placer poder contar contigo!!! Impresionante interpretación!!! Te queremos un montón!!




Estábamos muy impacientes por la llegada de la castañera que habíamos visto en unos cuentos que encontramos en nuestra biblioteca de clase, que nervios... no llega!!! Y por fin entró en nuestra clase radiante de felicidad, con paraguas, una gran cesta y hablando en gallego. Manuela era real de carne y hueso!!! 



Comenzó explicandonos en que consiste esta leyenda..., este personaje sencillo, amable,  humilde, que nos deleitaba con sus castañas y  boniatos y que nos trae cada Otoño e  Invierno ese delicioso olorcillo cuando vamos caminando por las calles, ese humo que nos envuelve en el olor de las castañas y que instintivamente nos provoca el deseo de comprarlas y saborearlas. Enseguida la reconocimos y le enseñamos donde estaba su cuento.





Manuela nos dijo que hoy en día se suelen colocar en un trenecito, y ya no son sólo mujeres, también hay hombres. No se debe perder esta costumbre, forma parte del otoño y del invierno. También nos dijo que su puestecito estaba en la calle del paseo de nuestra ciudad.









Un año más, desde aquí queremos rendir un homenaje a las castañeras, estas mujeres que tanto nos han deleitado con su trabajo y tanto han adornado nuestras ciudades pregonando la llegada del otoño con su presencia.



Una día muy divertido en el que, una vez más, divirtiéndonos, hemos aprendido un montón de cosas que estoy segura que no se olvidarán.

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